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Ni de lejos es mi favorita. De hecho, me alegra que pueda hablar de cualquier obra de arte porque escoger mi favorita sería muy muy dificil :P

Hablaré de una que tiene una historia muy bonita a su alrededor. No, la historia de la obra no. La historia de cuando yo la vi en persona, en vivo y en directo :D

El David de Miguel Ángel.

No sé si esta historia la he contado ya por aquí... si no.. es bastante probable que te la haya contado en persona.

Resulta que desde que teníamos un poco de conciencia en lo que a arte se refiere, y más desde que supimos que en el viaje del cole de fin de curso de los mayores lo veríamos en el museo, mi amiga y yo estábamos superobsesionadas con la escultura. Hasta nos compramos el número de una revista de Historia creo que era, que traía al David en poster desplegable Oh My God! También hacíamos los trabajos de dibujo sobre él.

Pero lo realmente bueno, fue el día que fuimos al museo de Florencia (la Galería de la Academia). Las dos estuvimos supernerviosas todo el dia. Básicamente queríamos ir a Italia por eso. Antes de ir nos informamos bien de dónde exactamente estaba situada la estatua dentro del museo. Al llegar a la entrada de la sala alargada del David, sabíamos que lo veríamos al dar un paso y girar a nuestra derecha. Debajo del arco de entrada a la sala nos paramos. Nos dimos la mano. Entramos mirando hacia abajo. Nos giramos las dos. Levantamos la vista. Y fue entonces cuando descubrí por primera vez el gozo que se siente al contemplar algo que realmente te guste y con lo que llevas soñando ver toda una vida. Los momentos de estar en silencio absoluto se alternaron con los de gritar, mover las manos y dar saltitos como fans enloquecidas. Es que éramos fans del David.