Pensé: "que es mejor? quedarme en casa todo el sábado haciendo que estudio y comer espaguetis viendo la tele de mala manera? o irme con padres y tios a Chinchón a pasar el día y comer bien y rico mientras nos hacemos montón de fotos?" Pues obviamente me fui a Chinchón. Primero vueltas y vueltas a la plaza, subida a ver la iglesia y la torre. Pudimos entrar a la iglesia a ver la Anunciación de Goya (con una historia bastante curiosa que narraré a continuación)
Goya tenía un hermano, Camilo, que era el párroco de Chinchón. Camilo le pidió a su hermano, que porfavor, le pintara un cuadro para la iglesia del pueblo. Goya, que por aquel entonces era ateo, accedió a pintar un cuadro religioso por habérselo pedido su querido hermano, pero lo decidió pintar a su manera. Por eso la Virgen lleva la túnica rosa en vez de blanca. Por eso le marcó el pecho y la cintura, cosa que no se hacía. Por eso los dos primeros querubines, no son querubines propiamente dichos, son ángeles ya adolescentes marcando torso masculino. Por eso hay tantos angelitos cómo asesinados por los franceses en Chinchón durante la Guerra de la Independencia.
Tras el momento cultural, llegó el momento gastronómico. Un buen cochinillo (aunque yo me tomé mis chuletitas de rigor) y patatas al revolcón, con una selección de todos los postres que ofrecía el restaurante :P. Después un cafelito al sol y subida al Castillo. Al finalizar la jornada entramos al convento de las clarisas a por unos cuantos dulces y estuvimos un ratillo en Torrejón (mis queridos ponys sirven de adorno!!)
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9:34 a. m.
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