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Si este fuera "el blog de lo mala que eres" ahora mismo os contaría una historia, con unos diálogos soberbios, con un transcurso inesperado y con un broche de oro al final, como excusa para enseñaros una foto graciosa :D

Pero como para eso ya tenemos al escritor de nuestro grupo, yo me limito a contaros los hechos tal y como fueron.

El sábado pasado (uuo, tardo una semana en contarlo :P) me fui de paseo por Madrid yo sola, para tomar aire fresco ya que ahora con los exámenes me paso mucho tiempo en casa o en la biblio y mi cabeza ya se ha acostumbrado a eso de estar de parranda casi todos los dias... total, que llevaba dineritos por si acaso caía algún caprichito (miento, salí porque quería ir a una tienda y aproveché para ir a más sitios).

Me acordé de Popland. La tienda física más pequeña pero que a la vez tiene la mayor cantidad de objetos para vender. Entre esos objetos, están las láminas plastificadas que las tenían a 5€.

Las fui mirando todas porque me había autoconvencido de que necesitaba algo nuevo para la habitación. Me gustaban todas pero ninguna me acababa de hacer tilín. Sopesé llevarme el cartel de Lo que el viento se llevó, una de Pipi Calzaslargas haciendo muecas, a los de PulpFiction en monigotes, una supuesta RollingStone pero llamada Dexter, de StarWars, de Regreso al Futuro... Todas eran geniales, pero no me enamoraban.

Hasta que en la última cesta, al fondo del todo, encontre un taquito de estas:


Si. Me he comprado esa imagen :D

Lo mejor de todo, es la ubicación. Primero la puse en el hueco que hay más grande en mi pared, pero no me gustaba que una señora me mandara callar en mi propia cara al acostarme. Fui a consultar a mi madre, y tuvo una idea mucho mejor: