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Ya me han recalcado hoy que mi blog está siendo muy infantil. Pues aquí va otra :P!! Lo siento, pero lo tenía que poner, ya que han sido una parte muy importante de mi primera infancia.

Cumplen 50 años, pero aún así no crecen y son pequeñitos pequeñitos... quiénes son?? Los diminutos? nooo (nadie sabe dónde están). Los pitufos! Bien bien bien! Aqui tienes las razones por las cuales les tengo un cierto aprecio a los pitufos:

- Cuando estrenamos el peugeot, os juro que el mismísimo Papá Pitufo, nos decía lo bien que habíamos hecho en comprar ese coche, y lo mucho que lo disfrutarían Eutimio y su familia!! Si en pocos dias encuentro la prueba, la pondré aquí.
- De pequeña, a mi no me dormían con unos arrumacos como a cualquier enano, ni con nanas ni termangiles (vease nota al final). A mi me ponías delante de la tele viendo los pitufos y me dormía. Pero no por lo aburrido (espero) si no porque me transmitían paz y tranquilidad, incluso Gargamel y Azrael porque sabía que siempre saldrían perdiendo.
- Es el único cómic que me compré distinto a los de SuperHumor y Astérix. Y siempre que lo encuentro me lo leo. La historia principal era de un flautista, y aparte venían historias-chistes de una cara (la de buscar figuras en las nubes, la de tirar a pitufos al hoyo...)

Mi preferido era... no, la pitufina no, era el Pitufo Filósofo. Al pobre nadie le hacía caso, y él también tenía culpa porque nunca se quería divertir con los demás. Hasta Papá Pitufo le echaba la bronca una vez!!

Nota: el otro dia vi un video de cómo un chaval explicaba en la tele trucos para hacer pellas. El primero era ponerse mondas de naranja en la planta de los pies, y así la temperatura le subía a 39 grados (que cosas). El segundo era tomarse 6 termangiles (gelocatil) por la mañana. El tercero era simplemente decir "no quiero ir". Vaya tres trucos. No se cual utilizaría yo.